La Ortodoncia Interceptiva

La Ortodoncia Interceptiva

La ortodoncia interceptiva es aquella que se lleva a cabo en la etapa infantil, es decir, cuando el menor está en fase de crecimiento.

Este tipo de ortodoncia nos permite actuar y prevenir futuros problemas de mal-posición dental o de oclusión que pueda tener el niño en un futuro.

¿Qué es la ortodoncia interceptiva y para que sirve?

 

La ortodoncia interceptiva es el tipo de ortodoncia ayudará al correcto crecimiento y desarrollo de los huesos maxilares con el fin de evitar mal-posiciones o alteraciones futuras.

Esta se coloca normalmente entre los 7 y los 11 años de edad cuando la dentición es mixta pero ya han erupcionado los primeros molares superiores.

A esta edad los huesos maxilares están en crecimiento y son moldeables. Recordarte que la primera visita con un ortodoncista se debería llevar a cabo sobre los seis años de edad.

La ortodoncia interceptiva pretende mayormente que  los huesos maxilares tengan una correcta posición y un tamaño adecuado. Asimismo, otros objetivos de este tratamiento son:

  • Equilibrar las fuerzas masticatorias.
  • Mejorar la estética oro-facial del menor.
  • Mejorar la funcionalidad de la ATM o de la articulación temporo-mandibular y evitar asimismo patologías en ella.
  • Proteger las piezas dentales de desgastes anómalos y prematuros.
  • Evitar problemas gingivales y periodontales.

La ortodoncia interceptiva puede prevenir y evitar, en una fase adulta, una cirugía ortognática.

 

¿Cuáles son las causas que pueden provocar una mal-oclusión dental?

 

Las razones principales por las que un menor puede requerir un tratamiento de ortodoncia interceptiva pueden ser esqueléticas, hereditarias o por malos hábitos en la infancia temprana.

Razones esqueléticas

Dentro de estas razones estaría un crecimiento anormal de los huesos que forman los maxilares y el paladar. Estas anomalías pueden provocar que el niño/a presente un paladar estrecho u ojival y una mordida cruzada.

Factor hereditario o genético

Las mal-oclusiones en general tienen un marcado carácter genético, así pues si los progenitores o uno de ellos presenta una mal-oclusión clase III es posible que su hijo/a también presente esta.

Este factor puede provocar que el tratamiento de ortodoncia interceptiva y el posterior tratamiento de ortodoncia correctiva sean más largos que en los demás casos.

Malos hábitos en la fase de la infancia temprana

Estos malos hábitos pueden ser:

  • La succión digital o chuparse el dedo.
  • El uso prolongado del chupete.
  • La respiración bucal.
  • Una deglución atípica o la mal-posición lingual o de la lengua al tragar.

Los malos hábitos debes corregirse cuanto antes ya que pueden provocar:

  • Un paladar ojival o estrecho.
  • El maxilar superior más adelantado de lo normal respecto una mandíbula posicionada más atrás (una clase II).
  • La mordida abierta anterior.
  • Una mordida abierta posterior.
  • Y una mordida cruzada.

 


¿Cuáles son los tratamientos de ortodoncia interceptiva?

 

La ortodoncia interceptiva se puede dividir o clasificar en función de las anomalías o mal-oclusiones que se pretendan corregir. Así pues tenemos:

Para corregir una mal-oclusión Clase II

Para corregir este tipo de mal-oclusión contamos con los diferentes tratamientos:

  • Bionator. Este aparato ortodóntico estimula el crecimiento mandibular del menor.
  • Herbst. Este tipo de aparato se emplea cuando la fase de crecimiento del niño está a punto de finalizar y es el encargado de disminuir la discrepancia entre la mandíbula y el maxilar superior.
  • El anclaje extra-oral. Este aparato tiene como función el frenar el crecimiento o desarrollo del maxilar superior.

Para corregir una mal-oclusión Clase III

Ante este tipo de mal-oclusiones podemos optar entre:

  • Una mentonera. Este aparato se coloca en la zona de la mandíbula y tiene la función de frenar y controlar su crecimiento.
  • Una máscara facial. Este aparato tiene la función de estimular el desarrollo o crecimiento del maxilar y se combina con la utilización de un disyuntor.

Para corregir la mordida cruzada

Para tratar este tipo de mal-oclusión tenemos:

  • Un disyuntor tipo Mc Namara. Este aparato va colocado en el paladar y su finalidad es abrir este cuando el paladar es estrecho.
  • Disyuntor de dos bandas. Al igual que el anterior, este aparato va colocado en el maxilar superior, en el paladar y cuenta con un tornillo central.

Su función es expandir el paladar en el caso de que este sea estrecho o esté comprimido y a la vez corregir la mordida cruzada.

Una vez se finalice el tratamiento interceptivo será muy importante realizar una contención de los dientes para evitar el movimiento de recidiva, es decir, que los dientes vuelvan a su posición inicial o que las estructuras orales recidiven.

La contención o retención se realizará normalmente mediante la colocación y utilización de una placa Hawley.

 


¿Es posible otro tratamiento de ortodoncia tras la interceptiva?

 

La respuesta es que sí, es muy habitual que tras un tratamiento de ortodoncia interceptiva se precise de un tratamiento de ortodoncia correctiva.

Debes saber que la ortodoncia correctiva se colocará normalmente cuando el recambio dental esté finalizado, sobre los 12 años.

Podemos decir que la ortodoncia interceptiva consigue poner todas las estructuras orales  de forma ideal para que posteriormente con la ortodoncia correctiva, se puedan posicionar correctamente los dientes. Ambas se complementan.

 


¿Cuánto dura un tratamiento de ortodoncia intercepetiva?

 

Establecer la duración de un tratamiento de ortodoncia interceptiva solo es posible mediante una visita clínica o una exploración oral y un estudio radiográfico.

La duración de cada tratamiento a su vez dependerá del tipo de mal-oclusión que se presente y también de su naturaleza.

No obstante, podemos decir que este tratamiento suele durar generalmente de entre seis meses a dieciocho meses.

Lo más importante es que los niños que lleven ortodoncia removible o de “quita y pon” lleven esta correctamente siguiendo las indicaciones del ortodoncista.

Asimismo, serán claves las revisiones o visitas clínicas periódicas para controlar y adaptar el tratamiento.

Debes tener claro que una ortodoncia interceptiva ante un problema de mal-oclusión siempre conllevará un tratamiento de ortodoncia posterior más corto y sencillo, lo que se puede traducir también en menos caro y menos molesto para tu hijo.

Tratar un problema a tiempo o prevenir este siempre tendrá mejores consecuencias.

Si piensas que tu hijo puede tener una mal-oclusión deberías llevarlo a un ortodoncista.

La primera visita con un ortodoncista se debería realizar sobre los seis años de edad.